EL BARROCO EN ANDALUCÍA

Es el periodo cultural comprendido entre el manierismo y el rococó.
Surgió en Italia a principios del siglo XVII y hasta mediados del siglo XVIII predominó en este estilo la línea curva y fortaleció el elemento decorativo sobre el constructivo. Este nuevo estilo e caracteriza por su oposición a los valores renacentistas de equilibrio y armonía, representando una nueva realidad plagada de movimiento y formas ostentosa que tienden a la exageración y desequilibrio. Así, la arquitectura queda ahora dominada por infinitas curvas, tanto en la planta como en las columnas, muros, etc. La escultura  y la pintura se adaptan a la arquitectura llegándose a una perfecta integración de las artes.

España será la abanderada de la contrarreforma, el poder de la iglesia será aquí muy grande, lo que implica una más sobresaliente del Barroco español.
En Andalucía el Barroco no se puede entender sin la sociedad que lo engendró, una sociedad muy jerarquizada de base rural con una  nobleza minoritaria y poderosa, un clero preocupado por la ortodoxia de la fe católica, abundantes órdenes religiosas y un extenso y variado grupo social sin ninguna fortuna en el que se encontraban artesanos, jornaleros, gente sin oficio, soldados, mendigos, etc.

ARQUITECTURA BARROCA
Va a incidir en el trazado de algunas ciudades andaluzas de forma profunda creando espacios adecuados para el lucimiento de los edificios que ahora se realizan para lo que se ordenan las plazas, jardines, calles, etc.

La decoración juega un papel fundamental con el uso de formas cóncavas y convexas que dan un juego de luces y sombras para conseguir efectos dramáticos. La arquitectura religiosa es la que más importancia alcanza a pesar de la grave crisis que afecta este período. De la arquitectura andaluza cabe destacar la riqueza ornamental de los interiores y de la fachada de edificios como Catedrales de Jaén y Granada. En el siglo XVIII en la Catedral de Guadix y en la de Cádiz.

En Andalucía Oriental, destaca, sobre todo, la ciudad de Sevilla, donde se construye gran cantidad de edificios religiosos, no suponiendo la ruptura con los preceptos renacentistas ni con la tradición mudéjar, sin embargo, la profusión ornamental es algo distintiva. Caben destacar dos edificios como son la Iglesia del Hospital de la Caridad y la de San Luis de los franceses. Además, en las zonas próximas, sobresalen la iglesia de la Palma del Condado o la portada de la iglesia de San Miguel de Jerez. La decoración más exuberante se puede ver en la Sacristía de la Cartuja en Granada o la Capilla de la Iglesia de la Asunción de Priego. Además, en este período se levantan mansiones nobiliarias con portadas como la de la casa del almirante o la del marqués de Salvatierra en Ronda.


ESCULTURA BARROCA
En la escultura barroca andaluza predominan la exclusividad religiosa. En las obras se funde el realismo con un carácter dinámico y expresivo. Las imágenes son naturales y se intenta motivar la devoción católica.
Suelen ser esculturas de madera policromada que representa la vida de Cristo desde su infancia hasta la pasión, la de la Virgen sobre todo en su versión de Inmaculada y la de Los Santos.
La imagen profesional alcanza gran importancia, con gran naturalismo y un fuerte componente dramático.

Cabe destacar los nombres de:

-Juan Martínez Montañés: destaca por su clasicismo, sosiego y minucioso estudio de la anatomía. En Sevilla se llamaba el Dios de la madera, y en Madrid el "lísipo andaluz". Entre sus obras más importantes destacan: el retablo de San Isidoro del Campo, el Niño Jesús, la Inmaculada llamada "la Cieguecita" y el Cristo de la Clemencia.

-Alonso Cano: fue discípulo de Martínez Montañés, y también emplea el clasicismo de su maestro pero con mayor expresión y dinamismo.
De su etapa sevillana destaca su escultura de la Virgen con el Niño, retablo mayor de la Iglesia de Nuestra Señora...

-Juan de Mesa: ingresa en el taller de Martínez Montañés en 1606, hasta el punto que la mayoría de sus obras se atribuyeron durante mucho tiempo a su maestro.
Su trabajo se dedicó  casi en exclusiva a imágenes que procesionan en Semana Santa. La clave de su éxito se debe al realismo de sus obras que responden a un proceso científico donde incluso hizo muchos estudios de figuras humanas reales vivas y muertas que le permitieron aprender y plasmar esta anatomía en sus obras.
Frecuentemente se inspiraba en personas reales, en imágenes como el Cristo del gran poder, el Cristo de la buena muerte, el Cristo de la Agonía y Nuestra Señora de las Angustias.


PINTURA BARROCA
La mayor fuente de obras artísticas del barroco la encontramos en la pintura sobre todo en la llamada Escuela Sevillana, con nombres artísticos como Velázquez, Murillo, Zurbarán, Alonso Cano y Valdés Leal. Todos ellos contribuyeron a que el siglo XVIII fuese denominado como el Siglo de Oro. Por un lado la iglesia necesitaba difundir la religión católica y para ello recurrió a los artistas para propagar su mensaje. Por otro lado, el patrocinio de la Corte como el caso de Felipe IV propició diversos encargos. Así los retratos tendían al tenebrismo y el naturalismo como características principales.
Andalucía dio al barroco un prodigioso elenco de artistas:

-Diego Velázquez: Fue el artista universal del barroco andaluz, nacido en Sevilla siendo un pintor de un naturalismo a veces tenebrista estando considerado como el mejor retratista de su época.
Sus primeras obras destacan por su naturalismo, aunque su estilo evolucionará por la influencia de Rubens, pasando a estudiar los electos de la luz hasta alcanzar un gran realismo. Entre sus obras cabe destacar el Aguador de Sevilla, Vieja Friendo Huevos, los Borrachos, la Fragua de Vulcano, la Rendición de Breda, Retrato de Inocencio X, la Venus del Espejo, las Hilanderas y las Meninas.

-Murillo: Destaca en el tratamiento de temas infantiles que destacan por su gracia y dulzura así como por sus obras de temas marianos como la Inmaculada de gran popularidad.

-Zurbarán: Se dedicó principalmente a los temas religiosos con un estilo simple y detallado predominando el tenebrismo y la representación real de las cosas como en su San Hugo en el Refectorio.

-Valdés Leal: Era un pintor temperamental de composiciones apasionadas y atormentadas como en In Ictu Oculi o Finis Gloriae Mundi.


-Cabe destacar además artistas como Francisco Pacheco y su obra la Apoteosis de Hércules o Alonso Cano que también se dedicó a la pintura evolucionando desde el tenebrismo al clasicismo veneciano como en Cristo en brazos de un Ángel o descenso del Limbo. 

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